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Mentiras, fuego y sangre: Arévalo, Arbenz y la Guerra Fría trasciende por su veracidad e ilustra sobre el periodo más importante de Guatemala en el siglo XX, al detallar el protagonismo y liderazgo de los presidentes Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz Guzmán (1944-1954) de una manera humana.En la novela, también aparecen sus principales detractores, como protagonistas macabros que van a conspirar contra ambos presidentes reformistas: entre ellos el dueño de la United Fruit Company, Samuel Zemurray, y el dirigente de la cia, Allen Dulles, que se unirán con los dictadores del Caribe, Anastasio Somoza y Leonidas Trujillo, coordinando acciones de propaganda, sabotaje y golpes militares hasta llegar a la intervención militar que con mentiras, fuego y sangre derribó el régimen revolucionario, nacionalista y popular de Arbenz.Los diez años de conflictiva felicidad que vivió Guatemala durante los gobiernos de Arévalo y Arbenz están en el inconsciente colectivo como la primavera de Guatemala que concluyó en una tragedia nacional orquestada por la infamia y el odio, que propiciaron el dolor de un pueblo cuando perdió los valores y programas de la revolución, por la traición y la intervención extranjera.Mentiras, fuego y sangre es un libro imprescindible y de lectura obligada para quienes desean entender y comprender plenamente ese periodo, que ha sido oscurecido por la lucha ideológica que prevaleció durante la Guerra Fría, y en que han primado las interpretaciones llenas de prejuicios de uno y otro signo ideológico, torciendo la verdad histórica.
Este trabajo analiza la situación global como un período de transición crítica, similar a la que Antonio Gramsci describió como un interregno donde lo antiguo no termina de morir y lo nuevo no puede nacer. En este contexto, caracterizado por una crisis de hegemonía que se profundiza después de la crisis financiera de 2008, se revisita la obra de Gramsci para entender y abordar las dinámicas contemporáneas de poder.El texto enfatiza la importancia de la teoría de la hegemonía de Gramsci, la cual explica cómo los grupos dominantes mantienen su poder no solo mediante la coerción, sino también a través de la construcción de consensos culturales, morales y políticos. Este enfoque es crucial en una era dominada por la globalización neoliberal, donde los discursos económicos predominantes se presentan como las únicas alternativas viables, ocultando otras posibilidades y suprimiendo disidencias.Se adopta una postura crítica hacia los enfoques que se basan en una ontología social fija, y se privilegia una perspectiva dialéctica de la historia, inspirada en el historicismo absoluto de Gramsci. Este marco teórico permite una comprensión más profunda de cómo las formas de acumulación de capital, las políticas extractivistas y las nuevas variantes de represión impactan y transforman las sociedades contemporáneas, particularmente en Latinoamérica.Gramsci es relevante hoy no solo para analizar las estructuras de poder, sino también para explorar las posibilidades de cambio emancipador a través de la construcción de articulaciones políticas que desafíen el orden hegemónico. El concepto de subalternidad es crucial en este análisis, proporcionando una lente para examinar cómo los grupos marginados pueden desarrollar conciencia y organizarse para desafiar las estructuras de poder dominantes.El estudio también aborda cómo la espontaneidad de los movimientos sociales, lejos de ser signos de inmadurez política, puede representar oportunidades estratégicas para la articuación política consciente. Este enfoque subraya la importancia de la dirección consciente en la dinámica entre espontaneidad y estructura organizativa.En conclusión, este trabajo revaloriza y extiende la filosofía de la praxis de Gramsci, argumentando que su enfoque proporciona herramientas esenciales para entender y transformar las realidades sociopolíticas complejas de la actualidad. Se enfatiza la necesidad de un enfoque crítico que no solo critique las condiciones existentes sino que también proponga caminos concretos hacia una transformación social profunda y democrática.
¿Por qué El Señor Presidente sigue siendo una novela actual?A lo mejor es por la condena implícita en sus puntos suspensivos. «...¡Alumbra lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre!», empieza Asturias, como diciéndonos que esta realidad que presenta en su novela, nos viene desde siempre. «Kyrie eleison...», termina, para insinuarnos que la tragedia nos sobrevivirá por los siglos de los siglos.O porque, independientemente de sus referencias históricas, nos muestra un imaginario en el cual reconocemos algunos de nuestros mitos más íntimos. Un dios que todo lo ve, un arcángel, su favorito, y una Virgen intercesora. Sin embargo, donde Dios es un Señor Presidente cruel y sanguinario, el arcángel, «bello y malo como Satán», se subleva, no por soberbia sino por amor, y por ello es desterrado al infierno de los calabozos. Y la intercesión de la Virgen, lejos de salvar, condena. Un mundo en apariencia al revés, pero que probablemente sea un retrato más fiel del lugar en donde vivimos.O pueda ser porque este libro tiene eso, tan difícil de explicar, que tienen las grandes obras: la particularidad que invita al lector, a pesar de los años, los territorios o las lenguas, a construir universos en los que se descubre a sí mismo.Sea como fuere, El Señor Presidente continúa siendo espejo y oráculo, invitación y reto. Una lectura imprescindible para Guatemala y necesaria para el mundo.Javier Mosquera Saravia
Davico vive con su familia arriba de La Casita en Ciudad de Guatemala en los primeros años de la década de los cincuenta del siglo pasado. La Casita no es sólo su casa, también es el restaurante familiar. Para Davico y Felipe, su hermano mayor, el restaurante es un muy divertido. En el restaurante trabajan Augusto, el cocinero, y Otto el camarero; y los dos disfrutan mucho de hacerle bromas y trucos a Davico. Augusto, el cocinero, y Otto, el camarero que siempre llega tarde, disfrutan de hacerle bromas a Davico. También está Genghis Khan, el rey de las langostas, que vive en una pecera en el restaurante; mira a Davico con ojos redondos y negros que no parpadean, agitando sus antenas como periscopios submarinos.Todo cambia el día en que Davico escucha disparos en las calles, hay apagones todas las noches, y la familia debe dormir debajo de la mesa de madera en el comedor. Davico quiere ser valiente, pero los disparos y los tanques y los aviones que vuelan arriba lo aterrorizan.La vida cambia para Davico el día que sus padres les anuncian que deben irse a Estados Unidos, en donde nadie habla español, y todo es diferente.
En este libro se afirma que el poder judicial es el más débil de los poderes públicos. Esta aseveración se sustenta en evidencia empírica de distintos países, en diferentes épocas y diversas áreas. No es un recuento estadístico, más bien, es análisis crítico de casos elegidos por su sórdida representación y su impacto negativo en la estimación y percepción de la jurisdicción. La evidencia cualitativa empírica revela que la debilidad del poder judicial es por su dócil obediencia al poder político que designa a los integrantes de la cúpula judicial, por su incapacidad de impedir las irrupciones democráticas, su condescendencia con las dictaduras, la fragilidad ante los radicalismos ideológicos, la petrificada cultura de las órdenes jerárquicas institucionales y la falta de templanza y de responsabilidad en el ejercicio de la función jurisdiccional. Pero, la revelación más grave es la imposibilidad de hacer efectivas sus decisiones jurisdiccionales y no poder defenderse de la arbitrariedad y despotismo: esto es severo, porque si los jueces no pueden defender el ejercicio libre de su función, menos podrán proteger los derechos de los justiciables. Pero revelar la debilidad del poder judicial no es el fin del análisis crítico de este libro. Más bien, es el medio a través del cual se trazan líneas de advertencia del peligro de la fragilidad de una de las funciones más relevantes en un Estado de Derecho; también delinea la necesidad de transformar sustancialmente esa aquejosa realidad, presente e histórica; y, entrelíneas, proyecta las bases para diseñar una institución jurisdiccional independiente, racional, transparente, efectiva y, por sobre todo, capaz de controlar, impedir y suprimir la arbitrariedad; a lo que debe agregarse, la aptitud incuestionable de actuar en contra de la criminalidad organizada, de los grupos ilegales y de los sectores espurios, de los cuales debe librar a la sociedad. De esa cuenta, la lectura debe realizarse en clave disruptiva, reconocer la debilidad del poder judicial para apostar por el fortalecimiento de la función jurisdiccional. Adicionando una interpretación multidimensional para comprender, sin prejuicio, las diferentes aristas que el texto abarca. Y, sobre todo, una disponibilidad intelectiva para desaprender las rancias bases del origen, la organización y la funcionalidad de la actividad de la judicatura. Sin duda, para cambiar esa histórica realidad, debe voltearse la mirada al pasado, con desdén, y adelantar la mirada, sobre páginas en blanco, para fijar las líneas constitucionales base de un poder judicial equilibrado con los otros poderes públicos y capaz de cumplir independiente, imparcial e íntegramente su función. Esto sería insuficiente, sin la implantación de una nueva cultura de prácticas judiciales y jurisdiccionales, que debe impactar en la participación, percepción y confianza de los ciudadanos hacia los jueces.
Tania Palencia Prado escribe e ilustra estos 10 cuentos con un ingenio novedoso. Usa lenguaje poético para entrar en acción y ofrecernos paradojas. Con frases cortas, precisas y agudas presenta dilemas radicales de la existencia. Sus personajes son fabulescos, de ciencia ficción, casi digitales. Viven una tragedia en la que sus vidas se ponen a prueba. Algo les pasa que los cambiará para siempre.El tiempo exacto encima de ti es un jaque mate que nadie intuye, pero del cual todos aprenden. Los relatos que aquí leeremos retuercen el ser y el estar, impulsan o quitan la vida, quizás nos llevan a reflexionar acerca de lo que es, lo inevitable. Invitan también a cultivar la atención acerca de lo que hacemos, en el instante, en el presente. Lynch, la ardilla que roba palabras, pronostica una masacre; la mosca que se cree mona se salva de una esterilización; el águila y el jaguar no se matan entre sí, pero los mata el ejército. No dejen de leer la burbuja necia, que es un retrato sobre la crisis ecológica del planeta.Son cuentos de acción filosófica, de movimientos, donde el peligro está instalado exactamente para impulsar o detener la vida. La fantasía aborda las relaciones de poder y las problemáticas del mundo de hoy, permitiendo su lectura rápida aunque no simple.Se trata de historias con perfil de literatura juvenil entrelazadas con temáticas complejas que interesan a audiencias de adolescentes y jóvenes, accesibles a públicos de todas las edades.
Oliverio. Una biografía del secretario general de la Asociación de Estudiantes Universitarios (1978-1979) narra la vida de uno de los héroes de la lucha contra la dictadura militar en Guatemala. La biografía, individual y pequeña, se entrecruza con la densidad de la historia, de los grandes procesos y las estructuras sociales. Situado en la década de los años setenta, época de grandes esperanzas que terminaron en genocidio para el pueblo guatemalteco, el libro de Sáenz de Tejada es una puerta abierta a un pasado tan reciente él del que seguimos sintiendo horror. Abre varias puertas para entender el régimen del general Lucas García (1978-1982), la política universitaria del movimiento estudiantil y de la rectoría, las transformaciones sociodemográficas de la ciudad de Guatemala, el ciclo de movilización social, y las juventudes comunistas. Sáenz de Tejada presenta una biografía de estas proporciones, casi a escala completa, siendo fiel en su estilo narrativo a aquella idea de que la grandeza no requiere barnices.El retrato de Oliverio que emerge de este relato de lectura fácil y absorbente, es el del estudiante común, en la plenitud de la vida, y el del dirigente excepcional. En pocas palabras, aquel joven como cualquier otro que supo colocarse a la altura de las exigencias del tiempo histórico que le tocó vivir. La narrativa de Sáenz de Tejada es capaz de transportar al lector a lo que seguramente fue vivir la vida en aquella época, a la vez tan despiadada y tan humana, de la historia de Guatemala.Este libro pasará la prueba del tiempo, como un texto fundamental y obligatorio para todo aquel que quiera entender aquel momento dramático y decisivo de la historia contemporánea de Guatemala.
¡El racismo ha muerto!, anunciaban hace dos décadas casi todos los intelectuales. Hoy, en muchos países, nos encontramos con una exacerbación del racismo y de las ideologías de la supremacía blanca, y este fenómeno nos toma desprevenidos. Este libro explora las causas del recrudecimiento del racismo en el mundo y en especial en Guatemala, en donde nunca desapareció.Racismo, genocidio y memoria reúne una serie de artículos que tiene como objetivo dar luz sobre las causas por las que en Guatemala se sigue operando desde una lógica racista y racialista y las causas por las que los espacios del racismo aún siguen sin reducirse, según cabría esperar en una sociedad democrática, plural y multicultural, en la que conviven distintas etnias y diferentes cosmovisiones. Explora las raíces histórico-políticas por las que el Estado guatemalteco sigue siendo homogéneo, racista y excluyente y no logra incorporar la pluralidad étnica, de género y de clase en su matriz y en sus políticas públicas y ni siquiera acepta la diversidad y el pluralismo jurídico a nivel constitucional.Los artículos aquí reunidos se presentan en un orden inverso, lo que algunos historiadores llaman la historia al revés, empezando por los más recientes, que tocan temas como las condiciones de intencionalidad del genocidio y en los que se argumentan las razones por las cuales la autora considera que en Guatemala sí se produjo un genocidio y por qué éste debe de ser juzgado y condenado para que no vuelva a repetirse. A continuación, expone las expresiones de racismo y odio que los juicios por genocidio y crímenes de lesa humanidad provocaron en la prensa y las redes sociales, seguido de un artículo en el cual resalta la importancia de hacer justicia y de recordar el pasado para renegociar la memoria histórica. El libro vuelve a poner de manifiesto las raíces profundas del racismo histórico-estructural, como uno de los principales obstáculos para lograr una democracia y un estado plural que respete y reconozca la diversidad étnica, de género, etaria y de clase.
El lenguaje ?la palabra hablada y escrita? es la herramienta de Arias al servicio de la memoria y la imaginación. La palabra surge de aquel que posee voz, o de aquel que ha reclamado su voz en las pugnas de la historia... Arias se deleita claramente en acrobacias verbales, distorsiones nominales y bromas escandalosas ?todos aspectos de su concepto del arte... Después de las bombas es una contrahistoria que denuncia lo que aconteció y anhela lo que debió haber acontecido... Enfatiza la calidad lúdica de su trabajo... La atmósfera carnavalesca refuerza la irreverencia y la sátira... El autor logra entretener y hacer reír a sus lectores; pero se trata de una risa inquieta porque éstos saben que justo debajo de la superficie de hilaridad y retozo está la horrible e intolerable realidad de Guatemala. ?La palabra según Arturo Arias?.Linda J. Craft. North Park University and Theological Seminary, Chicago.Por su figura tanto como su obra, Arturo Arias ha generado atención e interés en la literatura guatemalteca y centroamericana como ningún otro escritor nacional contemporáneo. Su reconocimiento comienza con dos premios Casa de las Américas y su trabajo como co-escritor del guion de la película El Norte (1984)... ?Introspecciones (acerca) de Arturo Arias?.Elizabeth Coonrod Martínez.
El libro, grávido de detalles vergonzosos, de karmas miserables, posee no obstante la cualidad de trasladar lo sucio sin hacerle altar (…) Y así la gelatina de la novela se va haciendo más densa y absurda, más bastante guatemalteca, mientras una comunidad de vecinos decide matar a un violador, como acto de justicia autoasumida. Crueldad social y crueldad individual se rechazan y exigen mutuamente. Son opuestas; pero a la vez se necesitan.
En este libro se afirma que el poder judicial es el más débil de los poderes públicos. Esta aseveración se sustenta en evidencia empírica de distintos países, en diferentes épocas y diversas áreas. No es un recuento estadístico, más bien, es análisis crítico de casos elegidos por su sórdida representación y su impacto negativo en la estimación y percepción de la jurisdicción. La evidencia cualitativa empírica revela que la debilidad del poder judicial es por su dócil obediencia al poder político que designa a los integrantes de la cúpula judicial, por su incapacidad de impedir las irrupciones democráticas, su condescendencia con las dictaduras, la fragilidad ante los radicalismos ideológicos, la petrificada cultura de las órdenes jerárquicas institucionales y la falta de templanza y de responsabilidad en el ejercicio de la función jurisdiccional. Pero, la revelación más grave es la imposibilidad de hacer efectivas sus decisiones jurisdiccionales y no poder defenderse de la arbitrariedad y despotismo: esto es severo, porque si los jueces no pueden defender el ejercicio libre de su función, menos podrán proteger los derechos de los justiciables.Pero revelar la debilidad del poder judicial no es el fin del análisis crítico de este libro. Más bien, es el medio a través del cual se trazan líneas de advertencia del peligro de la fragilidad de una de las funciones más relevantes en un Estado de Derecho; también delinea la necesidad de transformar sustancialmente esa aquejosa realidad, presente e histórica; y, entrelíneas, proyecta las bases para diseñar una institución jurisdiccional independiente, racional, transparente, efectiva y, por sobre todo, capaz de controlar, impedir y suprimir la arbitrariedad; a lo que debe agregarse, la aptitud incuestionable de actuar en contra de la criminalidad organizada, de los grupos ilegales y de los sectores espurios, de los cuales debe librar a la sociedad.De esa cuenta, la lectura debe realizarse en clave disruptiva, reconocer la debilidad del poder judicial para apostar por el fortalecimiento de la función jurisdiccional. Adicionando una interpretación multidimensional para comprender, sin prejuicio, las diferentes aristas que el texto abarca. Y, sobre todo, una disponibilidad intelectiva para desaprender las rancias bases del origen, la organización y la funcionalidad de la actividad de la judicatura.Sin duda, para cambiar esa histórica realidad, debe voltearse la mirada al pasado, con desdén, y adelantar la mirada, sobre páginas en blanco, para fijar las líneas constitucionales base de un poder judicial equilibrado con los otros poderes públicos y capaz de cumplir independiente, imparcial e íntegramente su función. Esto sería insuficiente, sin la implantación de una nueva cultura de prácticas judiciales y jurisdiccionales, que debe impactar en la participación, percepción y confianza de los ciudadanos hacia los jueces.
Este trabajo es un ejercicio personal, de la cuarta edad, de reflexión sobre Centroamérica, una crónica de lo sucedido en esta región atormentada y dolorosa, llena de rebeldías y fracasos, con una historia empecinada por hacer menos injusta la sociedad. No lo hemos logrado. También es una incursión para saber más sobre sus clases dominantes y sus expresiones de poder. El torbellino de la guerra civil ha herido a dos generaciones y deja una herencia de la que aún no somos conscientes para aprender y continuar. Y menos para librarnos, como sociedad, de sus perversos efectos.El primer libro que publiqué, fue escrito cuando la crisis y la violencia revolucionarias estaban gestándose. Cuando creíamos en el socialismo, en clave cubana, con más fervor que certezas. Ahora se publica este trabajo, cuatro décadas después, en que se ha vivido un terremoto histórico, teórico, personal: el socialismo se hundió en lo profundo por sus debilidades y virtudes; el marxismo debilitado en sus extraordinarios méritos teóricos busca sin encontrar aún las nuevas condiciones de su modernidad; la revolución centroamericana fue derrotada por su inherente imposibilidad histórica. De esa imposibilidad nunca percibida habla este trabajo. La revolución en Centroamérica era necesaria con la misma fuerza por la cual era inviable. Así, fuimos doblemente derrotados.Por la fuerza de arraigadas convicciones ideológicas es difícil la actitud neutral frente a los hechos aquí estudiados. Las ciencias sociales exigen objetividad como garantía de su capacidad explicativa; la verdad es una relación íntima entre el sujeto y la realidad, un precipitado histórico que califica una relación de conocimiento y que produce una verdad personal. La conclusión es que la verdad histórica que aquí se presenta, constituye una interpretación particular de datos, documentos, testimonios. Casi un libro sobre libros. No fui actor ni testigo, sino espectador activo pero lejano, de ahí que mi empeño sea conocer, comprender e interpretar.Dicho más simplemente, entender lo que sucedió. (Edelberto Torres-Rivas)
Franz Galich (Guatemala 1951 Nicaragua 2007) es hoy uno de los autores centroamericanos en peligro de ser olvidado, a pesar de las persistentes referencias a su novela Managua Salsa City (¡Devórame otra vez!) publicada en el año 2000, que se ha convertido en una obra de referencia de las literaturas centroamericanas contemporáneas. Esto tal vez se explique por su muerte prematura, el hecho de no publicar obras literarias entre 1979 y 1989 cuando se formó el canon de la literatura comprometida, que por un largo período dominó el campo literario centroamericano, y su resistencia a ser absorbido por la maquinaria de mercadeo de las grandes editoriales transnacionales. El libro se dedica a analizar las múltiples dimensiones de la obradel autor incluso algunas hasta el momento no conocidas y menos estudiadas, así como de sus dos textos publicados póstumamente. Con esto, los ensayos reunidos en este libro pretenden comprender mejor algunas tendencias y algunos aspectos más generales de las literaturas centroamericanas contemporáneas que se manifiestan en la obra de Franz Galich y que recíprocamente ésta ha contribuido a configurar.
Varias son las rutas que recorre este libro. Unas van de una ciudad a otra, de un continente a otro, a través de calles conocidas y luego abandonadas. Rutas que van de mujer en mujer, entre el desamor y el desencanto. Entre el pasado y el presente, la ternura y la violencia. Vías por las que se mueven los que fueron o en las que se invoca el recuerdo de los ausentes. Un libro que es, a su vez, una cartografía vital y emocional, cruzada de principio a fin por una ruta paralela marcada por la música, nostálgica y festiva, como las vidas de las que da testimonio.La literatura de Carlos Calderón del Cid llegó hasta nosotros por primera vez en 2016, cuando fue anunciado como ganador del Premio BAM Letras, con el que se publicó su primer libro de relatos titulado Un bolero lleva tu nombre. Siete años después volvió a remarcar su oficio y su talento, cuando fue acreedor del Premio Carátula de Cuento Breve, y en 2024 cuando ganó el Premio Monteforte Toledo. Estos dos últimos relatos ganadores aparecen en este libro, en el que el autor vuelve a dar fe de su sensibilidad cotidiana y de su vocación narrativa.
Este texto es un manifiesto, sin eufemismos, en contra de la intervención de los poderes Legislativo y Ejecutivo en el nombramiento de los jueces. Revela las diferentes formas, modelos, planes o programas instaurados para la falsa apariencia de despolitización en la designación de los jueces; y cómo, a pesar de estos intentos sombríos de ingenuidad, o deliberadamente diseñados, la clase política retiene el poder de los nombramientos. Ese vínculo político pone en riesgo la independencia judicial externa, porque indistintamente de las condiciones de los nombramientos, a término o vitalicio, esa relación de dependencia que los jueces entregan a la clase política no se extingue con el pasar del tiempo; aunque puede mutar, debilitarse o disminuir en intensidad, siempre constituirá un riesgo.Si bien se reconoce que la sobrevalorada representatividad pretende justificar la intervención política, cuestiona esta falacia, al sustentar que esta solo es una forma, no la única ni la idónea en varios supuestos, para legitimar el poder.En paralelo y cuestionando las sórdidas experiencias en Norteamérica y Bolivia, guillotina el sistema de elección popular de los jueces, porque de una u otra manera, hacen política la elección. Además, sin reparo alguno, delata la infundada idea de académicos y políticos que pretenden hacer creer que las elecciones judiciales son producto de la modernidad pensante, porque describe sus orígenes, teóricos y constitucionales, en las postrimerías del siglo XVIII.De principio a fin, entre líneas, se dan ideas para la despolitización del nombramiento de los jueces; y al final, con inequívoco pragmatismo, propone las reglas para el nombramiento apolítico de los jueces. La idea fuerza que entrelaza el texto es la impostergable necesidad de la real despolitización del nombramiento de los jueces, como primera exigencia, de una serie más, para asegurar en la mejor y mayor manera posible la independencia de los jueces al ejercer la función de juzgar y ejecutar lo juzgado.
Francisco Ximénez no solo tuvo contacto con la versión original en quiché del Pop Wuj, misma que copió en su idioma original y tradujo, fue también un dedicado estudioso de los idiomas originarios de lo que hoy es Guatemala, a lo que dedicó casi toda su vida. También fue un defensor declarado de los pueblos indígenas, en abierta disputa con los criollos y españoles de su época a quienes no tiene empacho en criticar y condenar. Su obra, que inicialmente permaneció en la biblioteca de su convento, acumulando polvo y olvido, luego resultó dispersa y fue apropiada por irresponsables depredadores.En esta obra se da cuenta de la variedad de aportes que en la defensa de los pueblos originarios y su cultura nos dejó el religioso dominico, y de cómo los manuscritos de su obra fueron desperdigados y apropiados por nacionales y extranjeros. Se contextualizan y analizan su proceso de producción y lo sucedido durante casi dos siglos con sus manuscritos, a la vez que se pasa revista a las tergiversaciones hechas para ocultar la irresponsabilidad y la rapiña.Si el descubrimiento del Pop Wuj es uno de los méritos que generalmente le es reconocido, poco o casi nada se ha dicho de su disputa intelectual con los cronistas que en su época defendieron los horrores de la conquista y el proceso colonizador. Conocer el itinerario intelectual de Francisco Ximénez y sus disputas permite entender de manera más clara las raíces y causas de la indealización que aún muchos hacen del período colonial. Conocer cómo sus manuscritos resultaron dispersos y apropiados por particulares ofrece luces sobre el desprecio que las clases dirigentes tuvieron, y aún tienen, de los pueblos originarios, sus idiomas y su cultura.
Este libro polémico, desnudo, brutal puede considerarse un documento sobre la vida privada de uno de esos grupos de jóvenes que se han arrojado a la violencia durante los últimos tres lustros en los países latinoamericanos. Caótica, unilateral, bárbara, la manifestación literaria de la guerrilla aporta, sin embargo, un contenido vital de indudable interés para la narrativa contemporánea.Editorial Joaquín MortizCon un lenguaje avasallador, en una prosa de ritmo intenso, la novela Los compañeros, a través de un estilo autobiográfico, se propone dar el contexto humano de la acción política, desmitificarla, desacralizarla.Jurado del Premio Barral de novela, Barcelona, 1972Un puñado de vivencias que entremezcladas de modo magistral, hacen de Los compañeros una de las mejores obras de la literatura latinoamericana actual y coloca a Marco Antonio Flores a la altura de García Márquez, Donoso o Vargas.Revista Tiempo, Madrid, 1977La nueva novela guatemalteca no se inicia hasta 1976, con la publicación de Los compañeros, de Marco Antonio Flores. Seymour Menton
Los hijos de Sebastián Reyes nos entrega momentos profundamente poéticos y reflexivos, con la suficiente dosis de tensión y suspenso como para que nos sintamos invitados a completar las piezas de historias que encuentran su sentido en un pasado al que vamos entrando de manera fragmentaria.Ganador del premio BAM Letras de novela con El flaco (2017), en esta nueva obra Renato Buezo construye el retrato de un pueblo sin nombre, y aunque no lo sitúa de manera obvia en Guatemala, evoca la historia compartida por tantas poblaciones guatemaltecas que conocemos bien. En ella, un evento particular vivido por tres jóvenes hermanos nos ofrece el perfil de toda una comunidad, desde sus difíciles inicios hasta sus actuales problemáticas sociales en las que la violencia, las supersticiones y el encuentro con la muerte transcurren entre miedos, intrigas y conflictos humanos que nos son familiares. Y en este escenario, la indagación en el pasado familiar de los hermanos nos acerca a las raíces de sus descontentos y sus deseos, que en gran medida son también los del pueblo.
En el arte impreso de Denise Phé-Funchal, las Buenas costumbres nos devuelven partes del paraíso tridestiladas con dosis justas de infierno a lo largo de casi mil 500 noches con sus madrugadas. Las palabras no se pierden ni te abandonan, pues alguien está (des)dibujándotelas en el oído. Recuerdos insondables se asoman desde una caja de galletas sin marca. La ironía da paso al alambre espigado de Jane Austen. La mirada minuciosa de Louise May Alcott relampaguea, sin dejarse desfigurar por la tentación balzaciana del inventario perpetuo. Las ruedas de Sir John Winston Lennon se vuelven una sola en la cual gira una niñez desechable, pero también ruedan flores que nacen sin permiso, semillas que crecen para volverse jardineros, el tono simétrico y los campos minados de Cheever, los ángeles malévolos y la suprema inocencia de las hienas de Saki.
Una noche de principios de 1989, el niño ve a su padre por última vez. Y lo que ve, aterrado y en silencio, es la imagen de un hombre vencido, que llora y parece incapaz de sostenerse en pie. No sabe que ese será el último recuerdo que guardará de él y que habrá de pasar mucho tiempo antes de que consiga dotar esa imagen de algún significado.Al día siguiente, poco después del amanecer, el padre del niño, un profesor universitario abrumado por sus recuerdos, por sus deseos y por la incapacidad para distinguir la diferencia entre unos y otros, es asesinado a tiros en la calle. Su muerte se confunde con la de miles de víctimas de la violencia política que entonces asolaba Guatemala. Pero el móvil del crimen no es político. Esto comenzará a sospecharlo el niño, veinte años después, cuando convertido él también en un hombre asediado por su memoria se encuentre por casualidad con la única persona que podría saber los motivos del asesinato.Puente Adentro es la historia de un padre y de un hijo separados por un crimen y veinte años de silencio y es, además, la historia de una mujer cuyo cuerpo será el puente que vuelva a acercarlos. Es una novela sobre la memoria y el deseo, para siempre insatisfecho, de recuperar el pasado.
Un derecho no estudiado en las universidades guatemaltecas por más de cuarenta años. Estudiantes de derecho, de relaciones internacionales y de otras áreas de las ciencias sociales han pasado desapercibidos de la importancia del derecho internacional humanitario. El conflicto armado guatemalteco negó la oportunidad del conocimiento de sus principios, sus alcances y sus objetivos. Aunque hoy en día se ha incluido en diversas carreras, la bibliografía nacional para su estudio sigue siendo casi inexistente. El presente libro, con un lenguaje amigable para que cualquier persona pueda introducirse a su estudio, constituye un aporte a la sociedad guatemalteca para conocer el derecho en la guerra. Particularmente se destaca como a través de una metodología precisa lleva al lector no solo al estudio general de este derecho sino a la particularidad de este en el abordaje y estudio de conflictos armados no internacionales con tensiones y disturbios internos, así como los no internacionales internacionalizados y en una segunda parte del libro al análisis del derecho internacional humanitario en Guatemala particularmente en el análisis de los delitos contra los deberes de humanidad. Pero la investigación va más allá, aborda las nuevas confrontaciones como el terrorismo y las guerras cibernéticas.
Guatemala es un país dominado por una poderosa estructura oligárquica, vinculada estrechamente al narcotráfico que extiende sus ramificaciones de corrupción por medio del sistema neoliberal desde 1996. Funcionarios, magistrados, jueces, fiscales, diputados, militares, gobbernadores, alcaldes y religiosos le permiten manipular según sus intereses la política, la justicia y la economía en alianza con empresas transnacionales y de países poderosos, supuestamente aliados y amigos. Como resultado de ello hay una violencia que devasta el tejido social, la pobreza crece, la desigualdad se profundiza, la educacion se manipula, la salud se negocia, la desnutrición se expande, las oportunidades laborales desaparecen y la migracion aumenta.Ante este poderoso naroestado oligárquico, no me queda más que denunciarlo públicamente de la mejor manera que creo posible, por medio de este libro/manifiesto, con pensamiento crítico y una consistente autocrítica desde mi condición y calidad de militar activo, arbencista, nacionalista y antioligárquico, con el propósito fundamental de generar en el pueblo honrado y trabajador principalmente en la juventud rebelde y soñadora, la necesaria conciencia social para destruir este sistema neoliberal; por la vía electoral y pacífica, con votos, no ocn balas. Y también contribuir a formar en mis compañeros militares conciencia militar y social, a fin de contruir una nueva sociedad con amor al prójimo -jamaás con racismo-, en beneficio de todods, de manera especial de las clases abandonaas y explotadas.
En “Disidencia y disciplina”, la antropóloga Alejandra Colom teje con sus voces una reflexión acerca de los miedos de la élite tradicional, sus dinámicas internas, y los mecanismos que emplea para sofocar el disenso cuando este pone en jaque sus intereses de clase, tanto económicos como en materia de impunidad. Un libro esencial para entender una parte casi invisible de lo que ha ocurrido desde las protestas de 2015 hasta hoy, pero también para abrirse al futuro y comprender que hay otra forma de ser empresarios, y que esos también existen en el país.
De los filos de la cotidianidad se asoman mujeres en busca de bebés hermosos, de pequeños ángeles fotografiables que completen la imagen de bondad que circulará en los medios. En esos mismos filos se reflejan los rostros de los desaparecidos que muchos extrañan, pero por los que es mejor no preguntar. La miseria humana profunda sonríe con todos sus dientes y se burla de los personajes que Michelle Recinos trae frente a nuestros ojos, se ríe de ellos, de sus esperanzas, de sus deseos de ser amados, de tener una vida tranquila; y al carcajearse de su inocencia la burla nos alcanza, nos envuelve y nos hace reconocernos como personajes ilusos, amorcreyentes, buenavoluntadesdeseantes, dispuestos a todo o casi por un poco de felicidad de esa que se anuncia, que nos hará sentir únicos, especiales, buenos.En Sustancia de hígado, Michelle Recinos documenta desfiles de miserias, voces disfrazadas de indiferencias, de deseos de evasión que se elevan por los aires. Un carnaval terrorífico al que los contextos violentos nos hacen acostumbrarnos, encontrar explotables, mediáticos.
¡Finalmente, la nueva edición del Popol Wuj de Sam Colop!...no estamos ante una traducción más, sino acaso ante la definitiva... Francisco Pérez de AntónDesde su ser maya K´iche´, Sam Colop nos ha restituido un libro original a partir del lenguaje poético en que fuera escrito, para recordarnos que la escritura y la belleza han existido de este lado del mundo desde tiempos inmemoriales. Poner a dialogar a los abuelos y abuelas con los hombres y mujeres de hoy, es un acto de fe que le da sentido al verdadero propósito humano de la trascendencia.Carolina Escobar Sarti
