SOPHOS

SOPHOS
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Fueron años difíciles: en 1982 Juana y su familia habían sido expulsados de sus tierras. Ahora, en 1994, regresan. Es una gran felicidad, aunque aceche siempre el riesgo de que el Ejército los desplace de nuevo. Juana, una niña vivaracha y traviesa se reencuentra con Kotz'i'j, su abuela, a quien quiere mucho. Claude K. Dubois, ilustradora y escritora belga, ha hecho un retrato hermoso de una comunidad k'iche' en su viaje de vuelta a sus tierras. Un tributo a la resiliencia, un canto a la vida. Estampas hermosas de un pueblo fiel a los valores que lo hacen único, pero también fuerte.Claude K. Dubois nació en Bélgica en 1960. Estudió Ilustración en Lieja y ha realizado decenas de álbumes ilustrados, sola o en colaboración con otros autores.

En la Guatemala del año de 1952, Panchito Ovando, ayudado por dos cómplices, asesinó a machetazos a la mayoría de los miembros de la familia que lo había adoptado como un ?hijo de casa?, cuando quedó huérfano durante su niñez. El hecho, que alimentó las páginas de la crónica policial durante muchos años, es conocido aún como ?el crimen de la 12 avenida? o como ?el crimen del Torreón?, haciendo alusión al nombre de un céntrico almacén del que las víctimas eran propietarias. Criminal confeso, Ovando mostró durante el proceso en su contra una personalidad sumamente compleja y una singular inteligencia que le permitió manejar a la prensa con controvertidas declaraciones que alimentaron los miedos y las fobias de la reposada sociedad guatemalteca de mediados del siglo XX. El juicio culminó con la condena a muerte de los asesinos y su fusilamiento se convirtió en lo que calificaríamos hoy en día como ?un gran acontecimiento mediático?. En una entrevista, Dante Liano recuerda que, durante su infancia, en los paseos dominicales con su padre, ?pasábamos frente a una casa abandonada, enorme, que ocupaba toda una manzana, con su techo a dos aguas, sus paredes de madera, estilo suizo; el jardín salvaje, en torno a algunos pinos, abrumada por la tristeza de lo que habrá sido un viejo esplendor. Entonces, yo me imaginaba que allí había ocurrido el crimen de Panchito Ovando, el hijo de casa que había exterminado a su familia?. Y es este recuerdo, que lo acompañó durante muchos años, lo que llevó al escritor a la indagación de los motivos que pudo tener el asesino para perpetuar la masacre. El resultado es ?El hijo de casa?, una novela que es una narración casi documental de los hechos y, a la vez, el retrato de una sociedad perpleja ante su propia capacidad de engendrar ese odio que Ovando proclama como única justificación de su crimen. Luis Aceituno

Manuela, una niña indígena de Guatemala, debe trabajar para ayudar a su familia. ¡Quisiera tanto ir a la escuela! Pero un extraño consejero emplumado tiene la costumbre de invitarse a las noches de la niña. Es el Resplandeciente Quetzal de las Tierras Altas, el ave sagrada de sus ancestros los Mayas: "Sigue tu camino, y descubrirás el soplo del conocimiento." Para comprender estas palabras misteriosas, Manuela deberá escuchar sus sueños

Basta un par de páginas de Alguien bailará con nuestras momias para quedar deslumbrados por la escritura de Arnoldo Gálvez Suárez. Con un lenguaje preciso y evocativo, estas tres novelas se adentran en los caminos traicioneros que acercan a sus personajes al cielo o al infierno. Será inevitable percibir la dulzura metálica de la sangre en muchas de estas oraciones, o soltar la carcajada cuando menos se espere. La tensión dramática podría emparentar estas historias tanto al cuento largo como al largometraje trepidante. Pero son las reflexiones agudas sobre el paso del tiempo y la muerte, sobre el amor y la amistad, las que imprimen el pulso que da vida a este libro. Son los matices y claroscuros los que convierten a la anécdota en gran literatura.

Cada cierto tiempo me voy de mí y vuelvo me abro la puerta / me dejo pasar [...] Ahora me recibo en silencio sé que soy lo único que tengo [...] Sé que un día quizá me busque y descubra que otra vez me he marchado Entonces mantendré una luz encendida mientras esté esperando verme regresar Vania Vargas explora en estas páginas el significado de ser forastero, no solo en tierras ajenas, sino en los confines mismos de la vida que una se construye. Para la poeta, la fuga trasciende la simple necesidad de escapar para tornarse en irresistible impulso vital. Un acto de desaparición que es, en esencia, un viaje al centro de sí misma.

«El atractivo, la singularidad de este libro ?una novela sobre los atajos que puede tomar el destino cuando se le abren cauces inesperados?consiste en el sentido de aventura, de aprendizaje y descubrimiento que renueva y potencia.» Edgardo Dobry Han transcurrido apenas unos pocos días desde que Armando y Teodora Jaramillo, una pareja de guatemaltecos acomodados, iniciaron unas vacaciones por el litoral griego, acompañados de Rupert Ranke, su guía turístico suizo. Recién llegados a Atenas, el trío debe someterse, como el resto del mundo, a un con namiento del que ninguno saldrá como entró. «Yo no ofrecía viajes de aventuras en el sentido primario, pero me gustaba recordar a mis clientes que, si bien es cierto que el inicio de los viajes turísticos suele ser baladí, cualquier gira por un país desconocido puede convertirse en una aventura en la que se ponen en juego, en cierta medida, tanto la integridad física del viajero como su manera de ver el mundo y su sentido de identidad.»

Desde la primera página, un recorrido trepidante llevará a los lectores a moverse entre el presente de Guatemala y la década de los setenta; dos periodos hermanados por la esperanza, la violencia y la conmovedora historia de una misma familia. Mapa de otros mundos es una invitación a preguntarnos ¿cuál es la justicia que queremos en Guatemala, y qué estamos dispuestos a hacer para alcanzarla? Rodrigo Fuentes nos permite ver de cerca a nuestros héroes, sus fallas y su humanidad. Al entrar en este mundo los lectores no volverán a asomar la cabeza sino hasta el final; para entonces ya serán personas diferentes.

Con maestría, Francisco Pérez de Antón condensa los sucesos que hicieron de la independencia de Guatemala un proceso casi sin par en el continente. Lejos de la interpretación de que se trató de una «acción de mercaderes sin ideales ni patriotismo», el autor muestra de qué manera el Acta de Independencia fue una invitación a «una transición política desde el absolutismo borbónico a la democracia representativa» inspirada ya en los ideales liberales que rigen el mundo de hoy. En el año del Bicentenario, el lector apreciará este oportuno ensayo, cuya brevedad no compromete los matices del evento político que funda la nación que es hoy Guatemala. «Plagada de contradicciones, lealtades encontradas, confusión y cruentos combates, la desgarradura de las Independencias fue terrible. Mas, por encima de aquella despiadada carnicería, se habría de dar un caso insólito en el cual la Independencia se hará sin derramamiento de sangre. No hubo guerra a muerte, ni batallas feroces, ni ejecuciones de prisioneros, ni lanzas coloradas. Y ese caso fue el de Centroamérica. Un territorio del tamaño de España, desguarnecido y desolado, de dilatados espacios vacíos e infinitas soledades, vías de comunicación primitivas y poco más de un millón de habitantes.»