Piedra Santa
Las páginas de este libro nos llevan de la mano por la ciudad de Guatemala, la cuadriculada y pequeña, rodeada de potreros y bosques de cipreses y encinos, siempre verde. En donde el toque de campanas marcaba las horas del día, invitaba a la misa y advertía a las personas de las pestes y los temblores. Los hombres llevaban sombrero y las casas eran grandes y con patio, porque allí vivían todos, hasta el loro Copérnico, testigo de los días posteriores al terremoto.
El Visitador está considerada, por la crítica literaria, como la obra más compleja y ambiciosa de la trílogía de novelas coloniales de José Milla y Vidaurre, de las que hascen parte "La hija del Adelantado y Los nazarenos". La historia está centrada en la figura de don Juan de Ibarra, el Visitador, un individuo oscuro y tenebroso, cuya misión es investigar y supervisar la conducta de las autoridades coloniales en la Capitanía General de Guatemala. Su paso por la ciudad de Santiago de los Cabalkleros va a determinar los destinos de una serie de personajes secundarios, como la bella y trágica Genoveva o Francisco Molinos, hijo natural del pirata Sir Francis Drake. Es en esta novela en donde Milla Desarrolla más a profundidad el sentimiento nacional, un elemento que ha absorbido de la lectura de los autores del romanticismo europeo. Es asimismo donde incursiona a fondo en el habla popular guatemalteca y en donde amplia el espacio geográfico de sus relatos hacia regiones como Quetzaltenango, sololá, Chimaltenango, Río Dulce. El visitador no solamente es una obra capital e ineludible de la lilteratura nacional, sino una de los grandes hitos de la novela histórica hispanoamericana.
En esta colección de historias que entrelazan la vida en los viejos barrios capitalinos y la riqueza de la tradición oral, el lector conocerá escenarios y personajes increíbles, quizás hasta terroríficos. Dentro de cada cuento o leyenda se pueden recuperar historias tan conocidas como El Sombrerón, La Llorona o La Siguanaba; y otras un poco menos escuchadas como La leyenda del Xocomil o La Mariposa Negra."Vale decir - apuntaba la crítica sudamericana cuando apareció la primera edición- que en estas prosas artísticamente trabajadas, armoniosas, flexibles y cargadas de sugerencias, encontramos poesía pura".Cada uno de los 19 relatos dan muestra del firme aporte de Barnoya a la narrativa, ya que no han dejado de contribuir a la divulgación del costumbrismo guatemalteco desde que fueron publicados por primera vez.